Te humanicé, y heme aquí
prendado a Neptuno como un témpano
Tratando de desenredar esta madeja de hilos congelados
con la indiferencia implacable de tu silencio
Desconcertado, intento concebir una nueva melodía
Amanece, anoche soñé con la muerte de mi viejo
cada recuerdo lagrimado era yo
el mismo que caía en la tierra recordando
el momento en que sólo fui un aguacero sin fuerza
¡Quisisera haber golpeado tu sien con un mármol!
¿y silencio?
Busqué exorcisarme de tus lunares
aunque son un cáncer que transmuta el cráneo a negro
incluso, fijé mi vista en el cinturón de Orión
pero aquellas tres no hicieron más que desviar los versos del desvarío, inutilmente
Quizás rote en mi invierno
y un dehielo riegue a esa flor en el silencio,
o un eclipse se haga semilla en la sombra de Venus
mas yo, conteplaré desde un glaciar
el destello de una luciérnaga que se olvidó del frío
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