En un cuadro de gravedad inerte
las aguas caen tras la ceniza
hongo blanco luto
El viento es cálido en otoño dice me abuela
congelándose en su nicho
siempre buscó la hebra, el pan , la carne
modista siembra hecha de vino
mi niño decía con sus brazos aleteando
Corrí por el pasillo y todo era negro
corrí sin perder la esperanza, corrí
pero estaba encandilado,
corrí y no sabía el porqué del ello
caí y no tuve su mano helada, pecosa
Levanté la cabeza y el sol giraba en rededor de ella
creí descubrir la ley verdadera:
El mundo gira al individuo
Pero yo soy el individuo
mi gato respondió lamiéndose las uñas
Di media vuelta, y allí, un camino
corrí cansado al hambre y todo era fuego
corrí cocinado a sangre y todo estaba crudo
caí, y no vi sus lentes ojos de ternura
Cerré mis manos, sentí los puños
golpeé el suelo hasta sacarle barro a la aridez
hice la figura que después comí
y corrí hasta el cactus y el cogollo, raíz
Me detuvo el cielo y reboté al invierno
cuánto frío se quiebra en un rayo
he ahí el relámpago en suicidio congelado
Corrí de espalda, a la pared
la sed del hombre recorrí, y caí…
El veinticinco de otoño podría ser un cinco de la tarde eterno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario